Creo que Bentué de Rasal, es uno de esos enclaves cercano a Huesca, más desconocidos. En un valle cerrado, como es el de la Garona, esconde un paisaje de montaña, que puede hacer las delicias de cualquier excursionista.
El problema, es que ninguno de estos caminos está marcado, y adentrarte en sus bosques, puede ocasionarte una rápida perdida. No estaría de más que se cuidasen y señalizasen estos senderos milenarios.
El camino que hoy nos ocupa, sale desde el pueblo, y tras cruzar la carretera que lleva a Rasal, nos sube, por lo que llaman el Frontón, hasta la zona más alta de la sierra de Javierre, donde aún se pueden encontrar restos de campamentos republicanos de la guerra civil. Tras llegar a la cima, se crestea por toda la sierra, en una senda que deja paisajes de infarto, y en la que continuamos viendo trincheras, junto a la presencia omnipresente del Peiró y Rallaespada. En la zona de la Artica alta, tomamos la senda que desciende. Si hubiéramos continuado cresteando, en diez minutos hubiéramos llegado al Cerro Prexín, con la posibilidad de bajar a la fuete de Santa Fimia. Tras una hora de bajado, llegamos de nuevo a la plaza de Bentué. Excursión de unas cuatro o cinco horas, para realizar en otoño o primavera.