Excursión bonita y tranquila, con algún pequeño repecho, que se puede hacer en una hora, aunque el cartel de salida marque hora y media.
Se puede llegar en coche hasta el aparcamiento que hay en el mirador del Salto de Roldán. A partir de allí el camino se encuentra marcado. A pocos metros de comenzar, la pista se convierte en una senda señalizada con mojones y marcada con dos tonos de verde.
La senda circula al principio por un bosque, para después salir a zona más despejada.
El Dolmen, que tiene unas proporciones muy decentes, está marcado por un cartel explicativo en el camino y a unos veinte metros de la senda.
Desde allí se ve perfectamente los acantilados de Cienfuens.
A la vuelta se puede divisar, casi constantemente, el Salto de Roldán.
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