Panticosa está rodeada de maravillas naturales bien conocidas: ibones de Asnos o Sabocos, pasarelas del río Caldarés, balneario... Pero uno de los rincones más escondidos es el valle de la Ripera.
Hace unos años, se pusieron en marcha un tren turístico que nos lleva por una pista hasta la entrada del valle. Desde aquí podemos recorrer por buen camino un típico valle glaciar que nos lleva hasta la cascada del salto de Tendeñera.
Una vez realizado el paseo, podemos comer en el merendero situado donde nos ha dejado el trenecito motorizado, donde hay mesas y bancos a la sombra. Desde allí, en algo más de una hora, podemos descender hasta Panticosa por una senda que poco a poco va perdiendo altura.
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