Hace unos días, estuve comiendo por primera vez en un restaurante cerca de Huesca, en el lugar de Nueno, un restaurante vegetariano para ser más concreto, y aparte de que comí muy bien, para ser un carnívoro convencido, me llamó mucho la decoración de los platos, y sobre todo la de los postres. Lástima que haya que destrozarla para comerte su contenido, pero antes hice estas fotos para que quedara constancia. Queda claro que lo bueno y lo bello, en gastronomía, van mejor unidos. (Aunque si se ha de elegir.....)
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