Ayera es uno de esos lugares, muy cercanos aHuesca y bastante desconocido para la mayoría de los mortales.
Dejando el coche en la plaza del pueblo, cogemos la caretera en dirección a Bandaliés, y a los pocos metros, bien señalizado nos indica la situación de la ermita.
Unas escaleras nos facilitan el acceso, y este cartel nos da la información respecto al lugar a visitar. Muy recomendable en primavera, otoño e incluso invierno. En verano el calor es bastante duro por esta zona.
El acceso es corto, pero la vegetación formada sobre todo por carrasca, apenas deja ver las ruinas de lo que en tiempos fue la ermita.
Lo más peculiar de este enclave, son las tumbas que excavadas en la roca se sitúan al lado de la ermita, aunque a mí me da que antes fueron la tumbas y después la ermita.
Apenas unos arcos y unas tejas quedan en pie, que si no se apuntalan pronto pueden caer en cualquier momento.
Las vistas son muy buenas, y en esta época de lluvia el verde se divisa mires donde mires.
Una pena ver nuestro patrimonio en estas condiciones.
Los antropólogos han realizado bastantes estudios acerca de estas tumbas, pero creo que lo mejor es ir y visitarlo. Resulta muy curioso.
Me llamó la atención que dentro de la ermita casi no queda nada en pie, pero aún subsiste el altar y el recipiente para el agua bendita, aunque con algo de musgo.
Aparcamientos para bicis. Los próximos los harán soterrados. |
Panorámica de la ermita de San Esteban de Ayera. |
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