La subida al Pico del Águila, aunque sea por la pista, siempre es apetecible.
Una mañana fresca de primavera, pero con nieve en las tucas más altas, es un buen paseo para disfrutar de unas inigualables vistas.
Mientras asciendes, en mi caso en BTT, vas contemplando la belleza de los valles que aparecen. Al sur la Plana de Uesca/Hoya de Huesca, al este el valle de Arguis, e incluso se divisa parte de la Bal de la Garona. Al oeste el embalse de Santa María de Belsué.
El Tozal de Guara visible desde la cima del pico.
Y en lo alto el repetidos del Águila que se puede ver tranquilamente desde Huesca.
E incluso, con días despejados como este, se puede ver el Moncayo al fondo y nevado.
Un buen sitio para respirar tranquilidad.
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