jueves, 1 de octubre de 2015

Tren de Artousse.

Ya sé que esta es una excursión en territorio francés, pero la clasifico como excursiones por Huesca porque está a muy poquito de la frontera del Portalet, exactamente a 23 kilómetros, y amadrugando un poquito se puede hacer casi, casi como excursión matinal.

Lo primero es llegar hasta la estación de esquí de Artousse, donde se encuentran las taquillas, y donde todo el mundo habla perfectamente en castellano (que aquí podríamos aprender de ellos). Se encuentra a mano derecha de la presa del mismo nombre, y tiene un gran aparcamiento delante.

Desde las taquillas se sube en teleférico, los niños y las familias tienen precios especiales, y menos mal porque resulta un poquito caro. La subida en el teleférico, que es un poco antiguo, es de unos quince minutos, y entonces se llega hasta el lugar de donde parte el tren más alto de Europa.


Es una hora de camino en un trenecito, creo que en total son ocho o diez los trenes que circulan, por un paisaje sencillamente espectacular. En el corazón del Pirineo puedes disfrutar de su naturaleza a lo bestia. simplemente hay que evitar si tienes vértigo, porque el corazón se puede acelerar un poco.








El tren va entre rocas y precipicios, que afortunadamente cuentan con unos expertos maquinistas. Muy importante tener en cuenta el tiempo que haga el día en concreto, porque con lluvia o niebla puede convertirse eso en un infierno.

Está abierto de Mayo a Octubre y merece la pena una visita.


el recorrido llega hasta un pantano construido donde debía haber un ibón, y donde la alta montaña manda sin reparos. Desde allí se pueden realizar diversas excursiones, pero simplemente subir a la presa, bajar y tomarte un café en el bar habilitado junto a las vías es más que suficiente. Al cabo de una hora vuelve a salir el tren por el mismo camino, y de nuevo el teleférico para regresar a la estación y al aparcamiento. A tener en cuenta que las nubes pueden cubrir esa zona en un suspiro. Una chaqueta, una gorras, crema de sol,unas gafas de sol y una cámara son imprescindibles.







Si habéis estado ya sabéis de lo que hablo, y si no, no os lo perdáis. En esta zona del parque Nacional de los Pirineos, hay multitud de lugares que visitar y rincones donde parar con el auto, andar un poquito y pararte a tomar un bocadillo y respirar naturaleza salvaje por todos los poros de la piel.









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