Esta excursión, adecuada para hacerla con BTT, comienza en Huesca, en el puente de San Miguel, y desde allí cogeremos el camino que nos lleva hasta la fuente de Marcelo.
Una vez allí, pasaremos por el camino que hay detrás de la gasolinera y continuaremos de frente, por una pista asfaltada que después de un kilómetro se convierte en pista sin asfaltar y nos lleva hasta la urbanización de Yéqueda.
Una vez en Yéqueda, atravesamos el pueblo y nos dirigimos al cementerio. Seguimos por la pista que pasa por delante y toma una bajada. Poco después de la bajada hay una bifurcación a mano derecha, actualmente muy amplia, que nos llevará entre campos hasta Igriés.
Una vez en el pueblo, subimos por una fuerte pendiente hasta la ermita de San Juan, y nos dirigimos por el camino de las piscinas, que dejaremos a mano izquierda. Continuamos la pista, que poco a poco va subiendo con un mayor desnivel.
Llegaremos a lo alto del saso, donde hay un cruce de caminos. Nuestra dirección será a la derecha, yendo paralelos a la carretera de Apiés, pasando al lado de granjas. Al llegar a la carretera, avanzaremos por ella unos cien metros, y tomaremos la pista que sale a nuestra izquierda, y que nos adentrará en el carrascal cercano a Fornillos.
Esta pista nos dejará en una carretera, pero tenemos que coger justo una vía asfaltada bastante ancha que sale justo enfrente, y que va hacia el pantano de Montearagón.
Cuando comience la fuerte bajada, a mano derecha volverá a salir una pista, en este caso señalizada, que nos acercará al castillo de Montearagón.
La pista se convierte en asfalto, que nos lleva hasta Quicena, y cruzando el pueblo, tomaremos la estrecha carretera que nos llevará hasta un polígono industrial a las afueras de Huesca, donde divisaremos la catedral en el centro de la ciudad.
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